domingo, 14 de noviembre de 2010

1904.- CLAUDIO DAMIANI


CLAUDIO DAMIANI

Presentación y traducción de
EMILIO COCO

Nacido en San Giovanni Rotondo (Italia), en 1957, vive y trabaja en Roma. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Fraturno (Roma, 1987), La mia casa (Forte dei Marmi, 1994), La miniera (Roma, 1997), Eroi (Roma, 2000), Attorno al fuoco (Roma, 2006) y Sognando Li Po (Genova, 2008).
“Damiani – escribe Alessandro Moscè – es el poeta de los encantos y de una autenticidad infantil que lo obligan a expresarse dentro de una escritura certera, humilde, nunca amanerada”. Ya desde la publicación de su primer libro, Fraturno (1987), Claudio Damiani elige unas formas expresivas, frescas y claras, gracias a las cuales logra liberarse de la influencia del experimentalismo acentuado de los epígonos de la neovanguardia. El mundo del poeta necesita, para su existencia, una segura intimidad de afectos y amores que son los de su entorno familiar, y se nutre de la capacidad de maravillarse de todo lo que nos rodea: el jardín, el nogal, el pequeño gato, el gorjeo de los pájaros, el zumbido de los insectos, los rincones más oscuros y escondidos, todas las cosas sencillas de cada día. Y todo está dicho con una levedad y una gracia inusuales en la poesía italiana de estas últimas décadas, lo que no excluye la presencia de “una melancolía ligera, una duda de fragilidad, como si a los seres de la naturaleza debiera faltar de un momento a otro el consuelo, la proximidad sentimental que preserva del aislamiento y de la soledad” (Roberto Galaverni). Con su último libro, Attorno al fuoco (2006), después de la narración del pasado, de sus padres, de la tierra y la ciclicidad de las historias, el poeta entra en el presente, en la guerra total, donde todos son soldados. Aquí ya no hay héroes, sino combatientes que ignoran el porqué de todas esas bombas que caen del cielo.


Con agradecimiento a mi amigo poeta EMILIO COCO
por su aportación de la biografía y poemas traducidos
de Claudio Damiani para esta antología.








CAMINAR dentro de ti, ¡oh cómo quisiera!
conocer tus sueños, conocer tus miedos,
tenerles miedo.

*

EL SUEÑO que entra dentro de mí
quisiera que tú tambien estuvieses
viéndolo, quisiera que estuvieses aquí, ahora,
mientras me duermo.

*

ALGUIEN viene a buscarme, quisiera che tú también estuvieses,
quisiera que fuésemos sólo tú y yo caminando.
Alguien vendrá a buscarme, pensaré que eres tú,
eres tú que me llevas.





CAMMINARE dentro di te, oh come vorrei!
conoscere i tuoi sogni, conoscere le tue paure,
avere paura di loro.

*

IL SONNO che entra dentro di me
vorrei che ci fossi anche tu
a vederlo, vorrei che tu fossi qui, ora,
mentre mi addormento.

*

QUALCUNO mi viene a prendere, vorrei che ci fossi anche tu
vorrei che fossimo soli io e te a camminare.
Qualcuno mi verrà a prendere, penserò che sei tu,
sei tu che mi porta via.










Y YO me había quitado la chaqueta
y me había tendido sobre la cama
esperando que el tiempo pasara
con la amargura en el corazón.
E imaginé que estaba viejo
y tú también estabas vieja,
y nos veíamos, nos encontrábamos
y podíamos sentarnos, y hablar
estando juntos, sin ya el deseo de amor.
Y tú me contabas de cómo habías sufrido
después de que nos dejáramos,
durante cuántos días te sentías un autómata
que te movías sin tener la vida
y te sentías como si te hubiesen quitado
los pulmones, y no podías respirar.
Y yo te contaba cómo caminaba
y me arrastraba de una habitación para otra
con una bola de plomo atada al pecho…

Sí, fue así, y mirábamos las cosas
alrededor de nosotros, cosas sencillas, hojas
que se desprendían de los árboles en el primer otoño
y otras que ya habían caido,
niños que corrían gritando
y árboles que estaban inmóviles, cerca de nosotros, en su sitio.





E IO m’ero tolto la giacca
e m’ero sdraiato sul letto
aspettando che il tempo passasse
con l’amarezza nel cuore.
E mi immaginai che ero vecchio
e anche tu eri vecchia,
e ci vedevamo, ci ritrovavamo
e potevamo sedere, e parlare
stando accanto, senza più il desiderio d’amore.
E tu mi raccontavi di come avevi sofferto
dopo che c’eravamo lasciati,
per quanti giorni ti sentivi un automa
che ti muovevi pur senza avere la vita
e ti sentivi come se t’avessero tolto
i polmoni, e non potevi respirare.
E io ti raccontavo come camminavo
e mi trascinavo da una stanza all’altra
con una palla di piombo incatenata al petto…

Sì, fu così, e guardavamo le cose
intorno a noi, cose semplici, foglie
che si staccavano dagli alberi nel primo autunno
e altre che erano già cadute,
bambini che correvano gridando
e alberi che stavano fermi, vicino a noi, al loro posto.











SI EL TIEMPO se deslizara sin herir,
si no hiriera, sino que sólo se deslizara,
si pudiera estar siempre así, como ahora, en el jardín
escribiendo, con los árboles que crecen a mi lado
– también la hierba ha crecido, y tendré que cortarla –,
si no fueramos obligados a elegir
o a preocuparnos, por nosostros o por nuestros queridos…
pero no es así… el tiempo pasa y corta como un hacha
y luego vuelve igual, se seca la sangre veloz
y vuelves a encontrarte en el mismo jardín, con las mismas plantas,
en un tiempo tardío, después que ocurrió todo
y sin embargo está todo tan fresco, y no quisieras pensar en nada,
quisieras abandonarte al gorjeo de los pájaros,
quisieras dormirte en la sombra.





SE IL TEMPO scivolasse senza ferire,
se non ferisse, ma solo scivolasse,
se potessi stare sempre così, come adesso, in giardino
a scrivere, con gli alberi che mi crescono accanto
– anche l’erba è cresciuta, e dovrò tagliarla –,
se non fossimo posti davanti a delle scelte,
o delle preoccupazioni, per noi o per i nostri cari…
ma non è così… il tempo scorre e taglia come un’accetta
e dopo ritorna uguale, si asciuga il sangue veloce
e ti ritrovi nello stesso giardino, con le stesse piante,
in un tempo tardo, dopo che è successo tutto
eppure è tutto così fresco, e non vorresti pensare a niente,
vorresti abbandonarti al cinguettio degli uccelli,
vorresti addormentarti nell’ombra.








YO SÓLO sé estar solo
en este jardín,
sé escuchar los pájaros sobre las ramas
y los zumbidos de los insectos atentos,
sé sentir la hierba que crece
y la estación que avanza,
sé sentir cuánto tiempo ha pasado
y cuánto aún tendrá que pasar,
sé ver cómo está limpia la grava
a pesar de lo que ha ocurrido,
sé oír tus pasos que se acercan
de niña y de mujer, que no hacen ruido,
sé sentir mi familia partida
cortada con un hacha
luego renacida como los brotes en los pies de los troncos,
como la cola de las lagartijas.





IO SO solo stare solo
in questo giardino,
so ascoltare gli uccelli sui rami
e i ronzii degli insetti attenti,
so sentire l’erba che cesce
e la stagione che avanza,
so sentire quanto tempo è passato
e quanto ancora ne dovrà passare,
so vedere come è pulita la ghiaia
nonostante quello che è successo,
so sentire i tuoi passi che si avvicinano
di bambina e di donna, che non fanno rumore,
so sentire la mia famiglia spezzata
tagliata con un’accetta
poi rinata come i getti ai piedi dei tronchi,
come le code delle lucertole.








LA CASA está cerca del mar
pero no lo ve.
Hay un camino blanco, la encuentras a la derecha,
es baja, con un solo piso,
hay como una pequeña terraza sobrelevada
con unos frascos de albahaca
menta y otras hierbas aromáticas.
La casa está deteriorada
pero no está abandonada.
Está todo muy limpio.
Se siente el olor del mar, también su ruido.
En la casa no hay nadie.
Caminas y sigues
ves las hojas brillar,
sientes el balanceo de las olas
y no quisieras alejarte,
quisieras quedarte en aquel sitio para siempre
y dejarte acunar.





LA CASA è vicino al mare
ma non lo vede.
C’è una strada bianca, la trovi sulla destra,
è bassa, a un solo piano,
c’è come un terrazzino sopraelevato
con dei barattoli di basilico
menta e altri odori.
La casa è malandata
ma non è abbandonata.
È tutto molto pulito.
Si sente l’odore del mare, anche il rumore.
In casa non c’è nessuno.
Cammini e vai avanti
vedi le foglie brillare,
senti il dondolio delle onde
e non ti vorresti allontanare,
vorresti restare in quel luogo per sempre
e farti cullare.









ES UNA guerra donde no hay que combatir,
caen bombas, y nada más,
te alcanzan en la calle, en la frutería,
en los cines, en los supermercados, en los lugares de trabajo,
también en casa: entran por la ventana
y te estallan en la cara.
Incluso si te contruyes un búnker
cien metros bajo tierra,
con las paredes de acero, con las puertas de diamante,
también allí las bombas te alcanzan.
Pues la gente no va a los refugios,
ni está en casa, ni procura esconderse
sino que hace todas las cosas, como si fuera todo normal,
sale del trabajo, va al bar, sale a divertirse
como si fuera todo normal
como si fuera todo como antes.





È UNA guerra dove non c’è da combattere,
cadono bombe, e basta,
ti colpiscono per strada, dal fruttivendolo,
nei cinema, nei supermercati, nei luoghi di lavoro,
anche a casa: entrano dalla finestra
e ti esplodono in faccia.
Anche se ti costruisci un bunker
cento metri sotto terra,
con le pareti d’acciaio, con le porte di diamante,
anche lì le bombe ti colpiscono.
La gente infatti non va nei rifugi,
né sta in casa, né cerca di nascondersi
ma fa tutte le cose, come se fosse tutto normale,
esce lavora va al bar va a divertirsi
come se fosse tutto normale,
come se fosse tutto come prima.









CÉSAR

César viene por la tarde y se sienta en la calle.
Camina mal porque cojea,
tiene una pata entumecida
porque ha sido apaleado por su dueño.
Ahora no tiene dueño,
vaga de aquí para allá por el pueblo,
creo que le dan de comer
porque no pide nada, se pone allí sentado
y se queda tranquilo.
Tiene unos ojos tan tristes
que, si lo miras, te echas a llorar.
Quizás tiene garrapatas, y así no lo tocamos
pero quisiéramos acariciarlo
y quisiéramos apretarlo
de tan bueno y hermoso que es
y quisiéramos decirle: César,
no eres el solo que estás abandonado,
también nosotros, aunque no parece,
todos nosotros lo estamos
y vagamos de aquí para allá por el pueblo,
nos sentamos en medio de la calle
y cuando pasa un coche
nos levantamos lentamente y nos apartamos,
arrastrando nuestra pata entumecida
sin protestar, sin decir nada.





CESARE

Cesare viene la sera, e si siede sulla strada.
Cammina male, perché è zoppo,
ha una zampa rattrappita
perché è stato bastonato dal padrone.
Adesso non ha padrone,
vaga qua e là per il paese,
penso che gli diano da mangiare
perché non chiede niente, si mette lì seduto
e sta buono.
Ha degli occhi così tristi
che, se lo guardi, ti viene da piangere.
Forse ha delle zecche, e così non lo tocchiamo
ma lo vorremmo accarezzare
e lo vorremmo stringere a noi
da quanto è bello, e buono,
e vorremmo dirgli: Cesare,
non sei solo a essere abbandonato,
anche noi, anche se non sembra,
tutti noi, lo siamo,
e vaghiamo qua e là per il paese,
ci sediamo in mezzo alla strada
e quando passa una macchina
ci alziamo lentamente e ci scansiamo,
trascinando la zampa rattrappita,
senza protestare, senza dire niente.









ALGUIEN podría decir: ¿pero qué estás diciendo?
Los montes tienen una vida dura,
no se hablan nunca, son huraños,
se tratan mal, tratan mal a todos,
son duros como la piedra, no entienden nada.
Y, al contrario, yo digo: ¡eres tú que no entiendes nada!
Los montes son muy amables, ven más cosas que nosotros,
tienen un oído finísimo, son amantes del silencio,
saben estar en su sitio, quedándose quietos
también en el peligro,
están siempre limpios, sin necesidad de lavarse,
y se rodean de un aroma
que nosotros no sentimos.





QUALCUNO potrebbe dire: ma che stai dicendo?
I monti fanno una vita dura,
non si parlano mai, sono scorbutici,
si trattano male, trattano tutti male,
sono duri come la pietra, non capiscono niente.
E invece io dico: sei tu che non capisci niente!
I monti sono molto gentili, vedono più cose di noi,
hanno un udito finissimo, sono amanti del silenzio,
sanno stare al loro posto, rimanendo fermi
anche nel pericolo,
sono sempre puliti, senza bisogno di lavarsi,
e si circondano di un profumo
che noi non sentiamo.

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